Con la colaboración de Mercè Redondo, veterinaria especialista en comportamiento, VETHOLOGY, Slow vet behavioural medicine.
¿Qué es la Dermatitis Atópica Canina o DAC?
De manera sencilla podemos definir atopía como una condición del individuo que le hace reaccionar de manera exagerada a determinadas sustancias ambientales (aeroalérgenos), entre las que se incluyen ácaros del polvo y almacenamiento, pólenes, fibras vegetales, partículas animales y otros elementos ambientales.

La Dermatitis Atópica Canina hace referencia a la manifestación cutánea de dicha enfermedad circunscrita, en el caso del perro, básicamente a nivel dermatológico.
En este tipo de procesos es prácticamente imposible evitar el contacto con los alérgenos ambientales, así que estaremos ante una enfermedad de tipo crónico donde el control de la sintomatología va a ser clave en el tratamiento.
La predisposición genética del individuo también juega un papel importante en el mantenimiento del proceso crónico; en este sentido, los animales genéticamente predispuestos, además de presentar una hiperreactividad inmunitaria de tipo I con producción de elevadas cantidades de IgE, tendrían mayor predisposición a sufrir alteraciones de la barrera cutánea que favorecerían la penetración de los alérgenos a través de la piel, siendo el resultado de ambas premisas, la reacción aberrante y exagerada del organismo frente a los mencionados aeroalérgenos.

En esta entrada, para suscribir, atenuar dicha sintomatológica y coadyuvar través de la fitoterapia al tratamiento alópatico pautado por su veterinario, voy a presentar el caso de Pin, un precioso y simpático mestizo de sabueso español de 9 años.
Según su responsable, Pin empezó a mostrar signos clínicos de dermatitis hace unos 4 años. Fue visitado en una clínica veterinaria especialista en dermatología en la que se le diagnosticó: dermatitis atópica canina (DAC) por alergia ambiental por roce.
Los brotes o cuadros clínicos que presenta son estacionales y empeoran sobremanera con la llegada de la primavera y el consecuente aumento de la polinización de las plantas. Deducimos pues, que la reacción alérgica se produce al entrar en contacto con algún tipo de planta que pueda haber en las zonas de campo por las que pasea y que no se ha podido identificar.
Desde un punto de vista más técnico lo que ocurre en el organismo de Pin es lo siguiente:

Los alérgenos, ambientales en este caso, van a penetrar en su organismo, bien por inhalación o bien por absorción a través de la piel, hecho que provocará la producción de anticuerpos o IgE (inmunoglobulina E) implicadas en los procesos alérgicos y específicas del alérgeno.
Cuando estas IgE alérgeno-específicas que están fijadas a los mastocitos, células que modulan los procesos inflamatorios y alérgicos, entran en contacto con el alérgeno específico, se produce una degranulación y la liberación de enzimas: histamina, bradicininas y otras aminas vasoactivas, lo que da origen al proceso inflamatorio.
En cuanto a la sintomatología que muestra Pin, los signos clínicos más significativos son: inflamación de la piel y engrosamiento, irritación, rojez, alopecia, prurito (picor intenso) y posibles lesiones e infecciones secundarias debidas al rascado, afectando sobre todo a toda la zona ventral del tronco, cuello, cola, cara interna de muslos, axilas y extremidades anteriores y posteriores.

Tras todo lo expuesto, es plausible establecer las siguientes líneas de actuación:
- Control y tratamiento del prurito y de la inflamación.
- Tratamiento tópico que ayude a restaurar la barrera cutánea, hidratar la piel y eliminar los posibles. alérgenos depositados sobre ella.
- Control de infecciones secundarias y tratamiento en el caso de estar presentes.
Tratamiento y control alopático propuesto
- Evitar los alérgenos ambientales ofensores en la medida de lo posible.
- Tratamiento sintomático para ayudar a controlar la inflamación y el prurito.
- Inmunoterapia.
- Lavados frecuentes de las zonas afectadas con un champú medicado antiirritante, reestrucuturante y antiséptico.
- Cetrizina, antihistamínico para aliviar los síntomas de la alergia.
- Apoquel, tratamiento del prurito y manifestaciones clínicas de la dermatitis atópica.
- Prednisona, fármaco corticosteroide sintético antiinflamatorio.
- Antibioterapia en el caso de infecciones secundarias.
La ciencia lo confirma
Un estudio reciente publicado en Veterinary Dermatology (2023) respalda el uso de aceites esenciales en perros con dermatitis atópica. Se observó que, combinados con otros tratamientos, los AE ayudaron a reducir el prurito y mejorar la calidad de la piel, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, calmantes y antimicrobianas.
Una herramienta natural y eficaz que, usada con criterio, puede marcar la diferencia en el bienestar de nuestros compis peludos.
Referencia:
PubMed 37990608Update on the skin barrier, cutaneous microbiome and host defence peptides in canine atopic dermatitis
Resumen de la ponencia del Dr. Domenico Santoro (VMX 2023, Orlando, FL)
El Dr. Santoro expuso la importancia de abordar la dermatitis atópica canina mediante terapias tópicas complementarias a las sistémicas, enfocadas en la restauración de la barrera cutánea, el control del prurito y la reducción de la inflamación.
Terapias tópicas:
Una herramienta clave y segura en el tratamiento de la dermatitis atópica.
Humectantes y emolientes: Restauran la hidratación y refuerzan la barrera cutánea. Tienen efecto ahorrador de esteroides y, en algunos casos, igualan la eficacia de corticosteroides tópicos al disminuir la pérdida de agua transepidérmica (TEWL).
- Avena coloidal: humectante natural con acción antipruriginosa, antiinflamatoria y antioxidante. Contiene avenantramidas, que reducen el prurito, la inflamación y el pH de la piel.
Ingredientes bioactivos destacados:
- Ceramidas: Disminuyen la colonización bacteriana y fortalecen la cohesión de la barrera lipídica. Un estudio con un champú con ceramidas mostró una reducción del 50 % del prurito en 24 h en un 25 % de los perros.
- Fitoesfingosinas: Tienen propiedades antibacterianas, antifúngicas y antiinflamatorias. Estudios demuestran que su aplicación tópica puede disminuir la inflamación y normalizar el pH cutáneo.
- Ácidos grasos esenciales (AGE): Aunque de efecto más lento, mejoran la estructura de la bicapa lipídica de la piel y reducen significativamente el prurito. Se utilizan por vía tópica y oral.
- Aceites esenciales: Combinados con tratamientos como Cytopoint®, han demostrado potenciar su eficacia. Un estudio con aplicación semanal de spot-on y champú con AE mostró una mejora del 70 % en el prurito y en el aspecto clínico de la piel.
Microbiota beneficiosa:
El Dr. Santoro también presentó un estudio en el que se aplicó durante 20 días un spray con bacilos tratados térmicamente en perros con dermatitis atópica.
Resultado: reducción del 90 % del prurito y de las lesiones clínicas al día 42, incluso tras suspender el tratamiento.
Conclusión:
El abordaje de la dermatitis atópica en perros debe incluir:
- Terapias tópicas con emolientes, humectantes, ceramidas, AE y AGE.
- Reforzar la barrera cutánea y modular la microbiota.
- Integrar productos naturales con respaldo científico y tolerancia comprobada.
Estas herramientas no solo mejoran los signos clínicos, sino que permiten reducir la carga de medicación sistémica y mejorar la calidad de vida del animal.
Enfoque terapéutico y tratamiento fitoaromaterápico adyuvante
A través de la fitoaromaterapia no pretendemos aportar todas las soluciones a estos tratamientos, pero si puede ser un complemento plausible que ayude a reducir la sintomatología, así como, la toxicidad de los fármacos sintéticos, el impacto ambiental y los efectos secundarios de los tratamientos alopáticos en la medida de lo posible.
- Sintomatología a tratar: inflamación, prurito y prevención de posibles infecciones secundarias.
- Vía de aplicación: vía tópica y oral.
- Elección de la galénica:
- Champú lavante suave
- Hidrogel o hidroungüento calmante
- Loción acuosa
- Cataplasma de avena coloidal o arcilla termal opcional.
- Intervención nutricional.
Aceites esenciales para el tratamiento de la dermatitis atópica canina
En el tratamiento de la dermatitis atópica canina, la elección de aceites esenciales e hidrolatos debe regirse por estrictos criterios de calidad, sólo así podemos garantizar la presencia íntegra de sus principios activos y, por tanto, la eficacia del tratamiento.
Teniendo en cuenta la sintomatología habitual —inflamación, prurito, dolor, disbiosis cutánea y riesgo de sobreinfección—, se priorizarán aceites esenciales, hidrolatos y materias primas con propiedades antiinflamatorias, antiedematosas, antipruriginosas, antihistamínicas, analgésicas y antiinfecciosas.
Aceites esenciales recomendados:

- Eucalipto azul (Eucalyptus citriodora): rico en aldehídos terpénicos, con un 40–80% de citronelal. Potente antiinflamatorio de acción directa, además de antiálgico, antiinfeccioso y antipruriginoso. Especialmente indicado en dermatitis y prurito.
- Tanaceto azul (Tanacetum annuum): contiene aproximadamente un 30% de camazuleno, un sesquiterpeno con excelentes propiedades antiinflamatorias, antiedematosas, antihistamínicas y antipruriginosas. Aceite de primera elección en dermatitis alérgicas.
- Lavanda (Lavandula angustifolia): contiene principalmente linalol y acetato de linalilo. Sus propiedades son beneficiosas en cualquier tipo de dermatosis: es antiinflamatorio, antiálgico, antimicrobiano, antiséptico y regenerante cutáneo.
- Manzanilla alemana (Matricaria recutita): rica en camazuleno y α-bisabolol, con una potente acción antihistamínica y antiinflamatoria. Especialmente útil en dermatosis inflamatorias y pruriginosas.
- Manzanilla romana (Chamaemelum nobile): antialérgico, antiinflamatorio y antipruriginoso. Suaviza y calma eficazmente la piel irritada.
- Menta piperita o menta del campo (Mentha x piperita o Mentha arvensis): ricos en mentol, actúa como analgésico de efecto frío y antipruriginoso. Debe usarse en concentraciones bajas y de forma localizada.
- Palmarosa (Cymbopogon martini var. motia), palo de rosa (Aniba rosaeodora), palo de hô (Cinnamomum camphora qt linalol), tomillo qt linalol (Thymus vulgaris qt linalol) y geranio (Pelargonium x asperum): todos ellos son ricos en monoterpenoles como linalol, geraniol y citronelol. Estos compuestos aportan propiedades antiinfecciosas muy interesantes para la prevención y el tratamiento de infecciones secundarias.
- Copaiba (Copaifera officinalis): rica en β-cariofileno, con potentes propiedades antiinflamatorias, analgésicas y moduladoras del sistema endocannabinoide. Es útil para reducir inflamación persistente, calmar el picor y favorecer la regeneración en pieles sensibilizadas o con lesiones crónicas.
- Siempreviva (Helichrysum italicum): contiene italidionas y acetato de nerilo, con efecto antihematoma, antiinflamatorio, cicatrizante y regenerador tisular. Muy útil en pieles con lesiones reactivas, erosiones o heridas por rascado constante.
- Cedro del Atlas (Cedrus atlantica): rico en sesquiterpenos, presenta propiedades descongestionantes linfáticas y antiinflamatorias. Puede ser útil como apoyo en dermatitis con componente edematoso o zonas infiltradas por prurito crónico.
- Incienso (Boswellia carterii): gracias a sus monoterpenos y ésteres, tiene una acción calmante, antiinflamatoria y repitelizante. Aporta estabilidad emocional y puede complementar tratamientos en animales con estrés asociado a prurito.
Hidrolatos y materias primas complementarias
Además de los hidrolatos análogos a los aceites esenciales mencionados (como lavanda, tanaceto azul, manzanilla alemana, manzanilla romana o siempreviva), también pueden emplearse los siguientes hidrolatos con propiedades calmantes, antiinflamatorias y regenerantes, adecuados para pieles sensibles o reactivas:
- Hidrolato de milenrama (Achillea millefolium): calmante, antihemorrágico y regenerador.
- Hidrolato de caléndula (Calendula officinalis): suavizante, cicatrizante y antiinflamatorio.
- Hidrolato de rosa (Rosa damascena): antiséptico suave, hidratante y tonificante.
- Hidrolato de zanahoria (Daucus carota): regenerador y revitalizante cutáneo.
- Hidrolato de hamamelis (Hamamelis virginiana): astringente, descongestionante y antipruriginoso.
- Hidrolato de azahar (Citrus aurantium): calmante, antiespasmódico y tonificante.
- Hidrolato de tilo (Tilia platyphyllos): antiespasmódico suave, hidratante y calmante.
- Hidrolato de jara (Cistus ladaniferus): cicatrizante profundo y regulador de secreciones.
Otras materias primas de interés terapéutico
Aceites vegetales y mantecas: se dará preferencia a los aceites y mantecas ricos en ácido gamma-linolénico (GLA), ácido graso esencial de la serie omega-6, presente en el aceite de onagra y en el aceite de comino negro. También son recomendables los oleatos de manzanilla y caléndula, así como la manteca de karité. Todos ellos deben ser de primera presión en frío para asegurar la integridad de sus componentes bioactivos y preservar sus propiedades terapéuticas.
Fitoextractos glicerinados e hidroglicerinados: pueden incluirse extractos de plantas como llantén, malva, gordolobo, avena, centella asiática, caléndula, manzanilla, ortiga mayor o bardana, por su acción calmante, epitelizante, antipruriginosa y antiinflamatoria.
Otros ingredientes funcionales: glicerina vegetal (humectante), alantoína (cicatrizante y epitelizante), pantenol (provitamina B5, calmante, reduce el eritema y el picor, estimula la proliferación celular epidérmica, mejora la elasticidad y retención de humedad), miel (antimicrobiana y cicatrizante), aloe vera (hidratante, regenerador y antiinflamatorio), extracto de semilla de pomelo (antimicrobiano), avena coloidal (calmante, antipruriginosa, humectante antiinflamatoria y antihistamínica. Contiene avenantramidas antioxidantes, inmunomoduladoras, reducen la inflamación, el pH y el prurito mediado por histamina), arcilla termal (absorbe impurezas, desinflama y calma), escualeno (antioxidante, emoliente y relipidizante), y óxido de zinc (protector y astringente, en concentraciones seguras), ceramidas III (previenen la sequedad, protectoras, evitan la descapación y calman irritaciones).
Evidencias científicas
Un estudio in vitro muestra que el hidrolato de Helichrysum italicum promueve la regeneración de tejidos (cicatrización) y estimula fibroblastos y células madre Además, encuentra que el aceite esencial acelera la cicatrización en modelos animales, reduciendo inflamación, mejorando angiogénesis y antioxidación.
Hydrolate of Helichrysum italicum Promotes Tissue Regeneration During Wound Healing
El aceite de lavanda acelera la producción de colágeno y la formación de tejido granulado, favoreciendo la cicatrización. Exhibe acción antimicrobiana similar al té de árbol, útil en el control de infecciones cutáneas.
A review of the bioactive components and pharmacological properties of Lavandula species
En modelos murinos de dermatitis alérgica, el aceite de eucalipto (rica en citronelal) reduce edema y supresión de mastocitos, bloqueando mediadores inflamatorios.
En humanos, el 1 % de crema de avena coloidal es eficaz para reducir los síntomas de dermatitis atópica leve a moderada, disminuyendo el prurito gracias a la avenantramida. Ayuda además a restaurar la barrera cutánea y a controlar la inflamación.
Comparing treatments for restoring the skin barrier in atopic dogs
Las revisiones sobre aceites esenciales en veterinaria destacan su potencial antiinflamatorio, antimicrobiano y antioxidante, aunque también advierten sobre la necesidad de validar dosis y concentraciones seguras.
Use of Essential Oils in Veterinary Medicine to Combat Bacterial and Fungal Infections
Preparados fitoterápicos propuestos
Opciones de champú en D.A.C
En el manejo tópico de la dermatitis atópica canina, el champú debe seleccionarse cuidadosamente, optando siempre por fórmulas respetuosas con la barrera cutánea y el pH fisiológico del perro (entre 6,2 y 7,4).
Una opción práctica y accesible es recurrir a champús comerciales medicados como Allermyl (Virbac), Alerpet o Dermocanis Allercure, formulados específicamente para pieles sensibles y con tendencia atópica.
Otra alternativa más sencilla y natural consiste en preparar una decocción de raíz de saponaria (Saponaria officinalis). Esta planta contiene saponinas, compuestos con propiedades detergentes suaves que, al disolverse en agua, actúan como un jabón natural ultrasuave sin dañar la microbiota cutánea.
Para quienes tengan formación en formulación cosmética natural, también es posible elaborar un champú personalizado utilizando tensioactivos suaves de origen vegetal, como: Coco glucósido (Coco Glucoside), Decil glucósido (Decyl Glucoside) o Betaína de coco (Cocamidopropyl Betaine).
Estos tensioactivos permiten una limpieza respetuosa y se pueden combinar con aceites esenciales, hidrolatos y extractos vegetales para potenciar el efecto terapéutico del champú.
Beneficios en dermatitis atópica canina:
- Permite una higiene respetuosa, ayudando a eliminar alérgenos, contaminantes, levaduras y bacterias sin agredir la piel.
- Mejora la penetración y eficacia de los tratamientos tópicos aplicados posteriormente.
- Formulado con tensioactivos suaves y principios activos como aceites esenciales antiinflamatorios y aceites vegetales calmantes.
- Actúa como parte clave del tratamiento de brotes, con aplicación más frecuente durante las fases agudas y uso espaciado en mantenimiento.
Fórmula:
La concentración de los principios activos puede y debe ajustarse a cada caso. Como guía orientativa, se puede formular un champú respetuoso con el pH canino con la siguiente composición:
- Hasta el 100% champú suave con tensioactivos vegetales
- 2% aceite vegetal calmante: caléndula, onagra o comino negro
- 1% aceites esenciales de la lista recomendada
Por ejemplo, para elaborar 100 gr de champú, necesitaremos:
– 98 gr champú suave con tensioactivos vegetales
– 2 gr aceite vegetal calmante: caléndula, onagra o comino negro
– 1 gr aceites esenciales de la lista recomendada, por ejemplo, lavanda + tanaceto azul: 12 gotas de cada uno


Modo de uso:
Precaución importante: los animales con piel atópica pueden reaccionar incluso a compuestos naturales muy suaves. Por ello, es imprescindible realizar una prueba de sensibilidad cutánea antes de aplicar el champú en toda la superficie corporal. Aplica una pequeña cantidad del preparado en una zona sin pelo y espera varias horas para observar posibles reacciones adversas (enrojecimiento, picor, irritación). En caso de respuesta negativa, será necesario reformular el preparado.
1. Prueba de tolerancia cutánea: antes de aplicar el champú por todo el cuerpo, realiza una prueba en una zona localizada (piel sin pelo) y espera al menos 6 horas para descartar reacciones.
2. Primer baño: utiliza el champú muy diluido en agua tibia. Se recomienda aplicar con esponja suave y evitar fricción directa. Masajear suavemente y dejar actuar unos minutos antes de aclarar.
3. Secado: secar bien con una toalla o paño suave.
Frecuencia recomendada:
- En fase de brote o crisis: 2 a 3 veces por semana durante 10–14 días.
- Mantenimiento: En primavera-verano: cada 7 a 10 días. En invierno: cada 15 a 20 días o mensual, según evolución.
- Limpieza localizada (opcional): Cada 2 días, en zonas concretas afectadas (patas, ingles, axilas), con champú muy diluido o con decocción de saponaria/hidrolato + algodón.
Loción acuosa calmante

Beneficios en dermatitis atópica canina:
- Favorece la regeneración epidérmica manteniendo la piel ligeramente ácida, lo cual ayuda a restaurar la función barrera cutánea.
- Hidratación inmediata y ligera de la piel sin obstruir los poros.
- Aporta activos calmantes, antiinflamatorios y antipruriginosos a través de los hidrolatos y principios como el pantenol, la glicerina vegetal o el Fucocert®.
- Refresca, alivia y disminuye la reactividad cutánea en brotes agudos.
Hidroungüento antiséptico calmante

El hidroungüento es una excelente opción cuando se desea combinar la hidratación profunda de una fase acuosa con la protección y acción emoliente de una fase oleosa. En el caso de dermatitis atópica, resulta útil para aplicar tras la loción acuosa y ayuda a sellar la hidratación y potenciar el efecto antiinflamatorio y reparador.
Beneficios en dermatitis atópica canina:
- Forma una película protectora semioclusiva, permitiendo que la piel respire a la vez que retiene la humedad.
- Aporta ácidos grasos esenciales (comino negro, caléndula), fitoactivos calmantes y escualeno como agente relipidizante.
- Los aceites esenciales (lavanda, manzanilla alemana, copaiba) aportan propiedades antiinflamatorias, antihistamínicas y cicatrizantes.
- Su textura permite una aplicación más localizada y profunda, ideal tras la aplicación previa de la loción para sellar los activos.
- Disminuye el eritema, el picor y la descamación, y promueve la reparación tisular.
Cataplasma de avena coloidal o arcilla termal
Las cataplasmas son una excelente opción tópica en el tratamiento de la dermatitis atópica, ya que ofrecen un alivio inmediato del prurito, absorben toxinas e inflamación, y favorecen la regeneración cutánea.
Podemos elaborarlas a base de avena coloidal (rica en β-glucanos y avenantramidas, con propiedades antiinflamatorias, calmantes y antipruriginosas) o de arcilla termal* (rica en minerales y con poder absorbente, antiséptico y remineralizante).
Para su preparación, utilizaremos como fase acuosa de hidrolatos, o en su defecto, puede utilizarse una infusión concentrada de plantas con acción calmante y epitelizante, como manzanilla, caléndula o bardana.
Beneficios en dermatitis atópica canina:
- Calman la inflamación y el picor de forma inmediata gracias al efecto refrescante y descongestivo sobre la piel.
- Favorecen la desintoxicación y el drenaje local, ayudando a eliminar toxinas acumuladas en la zona afectada.
- Las materias empleadas (como la avena o la arcilla) poseen propiedades antipruriginosas, cicatrizantes y ligeramente antisépticas.
- Utilizadas con hidrolatos o infusiones medicinales, aportan principios activos naturales con efectos antiinflamatorios, calmantes y regenerantes.
- La textura semilíquida permite que se deslicen fácilmente por el pelaje y penetren en áreas difíciles, como pliegues o zonas con vello denso.
- Ofrecen un momento de cuidado y conexión con el animal, que suele relajarse durante su aplicación.
- Actúan como un tratamiento de choque local, ideal para zonas muy inflamadas, heridas con costras o pieles especialmente reactivas.

Intervención nutricional en perros con dermatitis atópica
La nutrición juega un papel fundamental en la salud de la piel y puede ser un eje clave en el abordaje integral de la dermatitis atópica canina.
1. Suplementos nutricionales beneficiosos:
– Levadura de cerveza y germen de trigo: fuentes naturales de vitaminas del grupo B (especialmente B1, B2, B3, B5 y B7), necesarias para el mantenimiento de una piel sana, el buen estado del pelaje y el metabolismo celular. También contienen oligoelementos como el zinc y el selenio, que actúan como antioxidantes y regeneradores cutáneos. Puede añadirse 1 cucharadita por cada 10 kg de peso corporal, mezclada con la comida, de forma progresiva.
– Aceite de pescado azul (salmón, sardina, arenque, etc.): rico en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (EPA y DHA), con reconocidas propiedades antiinflamatorias sistémicas. Suplementar con aceite de pescado puede ayudar a reducir el picor, modular la respuesta inmune y mejorar la integridad de la barrera cutánea. La dosis habitual es de 100–150 mg de EPA/DHA por kg de peso, adaptada al producto concreto y bajo supervisión profesional.
2. Dieta natural como pilar preventivo y terapéutico:
– Se recomienda valorar el inicio de una dieta natural cocinada o modelo BARF (alimentación cruda biológicamente apropiada), adaptada a las necesidades específicas del animal. Este tipo de alimentación permite eliminar aditivos, colorantes y proteínas ultraprocesadas presentes en muchos piensos comerciales, que pueden actuar como desencadenantes o agravantes de procesos atópicos.
– Una transición adecuada, pautada y supervisada por un profesional con experiencia en nutrición natural animal es fundamental para evitar desequilibrios y garantizar una correcta adaptación digestiva.
Nota: Siempre se debe individualizar el plan nutricional considerando la edad, peso, estado clínico, estilo de vida y posibles alergias alimentarias del animal.
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Autora: Susana Blanco