
Cuenta la leyenda, perdida en el murmullo de los tiempos, que la ninfa Cloris, hechizada por los versos bucólicos de Cyanos, sucumbió al fuego de un amor prohibido, un amor que desafiaba la voluntad de los dioses.
La cólera divina rugió, amenazando con separar a los amantes para siempre. Pero Cloris, en su desesperación y deseo de eternizar ese amor inmortal, desató un poder oculto: transformó a su amado en una flor majestuosa, de un azul profundo como el cielo al atardecer. El aciano, símbolo de su devoción, sería el testimonio eterno de su pasión y su dolor.

Desde aquel día, se dice que el agua de esta flor, nacida del sacrificio y del amor eterno, tiene el poder de calmar los ojos frágiles e irritados, aquellos que han derramado lágrimas en nombre de amores imposibles.

Etimológicamente la palabra aciano “Centaure cianus”, proviene del griego kentaureion que significa «centauro», monstruo en la mitología griega, con la cabeza, el torso y los brazos de un hombre unidos al cuerpo de un caballo, fue Plinio quien la denominó de este modo ya que las propiedades sus propiedades medicinales fueron descubiertas por Quirón el centauro, y del griego cyanus que significa color azul profundo.

A nivel terapéutico, fue el italiano Pietro Andrea Matthioli (1501-1577) pionero en promover su uso como colirio natural en el tratamiento de diversas afecciones oculares.
Normalmente para obtener el hidrolato de aciano se destilan unos 0,2 kg de flores secas por litro de agua, recordad que no se trata de una planta aromática luego en la destilación no obtenemos aceite esencial.
Según estudios invitro llevados a cabo por el departamento de búsqueda e innovación de la marca L’Oreal, su actividad antiinflamatoria, de la que deriva su efecto calmante, se debe a la disminución en la producción de diferentes moléculas proinflamatorias: IL-1α, IL-8 (interleucinas) y PGE2 (prostaglandinas).
Otro estudio publicado por Hindawi, editorial de revistas científicas:


indica que es un alcaloide, la N –feruloilserotonina la causante de la actividad antiinflamatoria al neutralizar e inhibir las enzimas COX-2 (ciclooxigenasa-2) y 5-LOX (5-lipooxigenasa) que darán lugar a prostaglandinas y leucotrienos, desempeñando ambos un papel crucial en la inflamación, así como las CCL17 y CCL22, quimiocinas clave en el desarrollo de inflamación en la piel.
Propuesta fitoaromaterápica adyuvante en afecciones oculares en animales, que cursen con inflamación y congestión.