¿Se puede administrar igual un aceite esencial a un humano que a un animal (no humano)?🐾👣

No. Las vías de administración y la posología en animales no coinciden con las de los humanos.
Cada especie tiene particularidades anatómicas, fisiológicas, metabólicas y conductuales que condicionan la absorción, biodisponibilidad y tolerancia de los compuestos aromáticos. Ignorar estas diferencias puede comprometer la eficacia… o la seguridad.

¿Qué factores condicionan la absorción, biodisponibilidad y efecto de los aceites esenciales en animales?

Tamaño corporal y relación superficie/peso

A la hora de calcular una dosis, no basta con reducir proporcionalmente respecto al peso corporal, ya que la relación entre el peso y la superficie corporal —clave para muchos procesos fisiológicos, incluída la absorción y el metabolismo— no es lineal entre especies.

Por ejemplo, un gato de 4 kg no es simplemente la décima parte de un humano de 40 kg, ni un perro pequeño metaboliza como un perro grande o como un caballo. Esto se debe a que los animales pequeños tienen una superficie corporal relativamente mayor en relación a su masa. Es decir, tienen más piel, más superficie de intercambio por kilo de peso, lo que puede aumentar la absorción cutánea y la exposición relativa a una sustancia tópica o inhalada.

Además, las enzimas metabólicas hepáticas y renales no escalan de forma proporcional al peso corporal. En animales pequeños, el metabolismo puede ser más rápido en algunos aspectos, pero también más vulnerable a la saturación de vías de detoxificación, especialmente si no están bien desarrolladas o son deficientes, como en el caso de los gatos con la glucuronidación.

Esto significa que:

  • La misma dosis por kilo puede ser tóxica en un animal pequeño, aunque sea segura en un animal grande.
  • La superficie de aplicación (piel, mucosas) tiene mayor impacto en animales de tamaño reducido.
  • La biodisponibilidad puede variar enormemente según el tamaño, la especie y la vía de administración.

Presencia y densidad de pelaje

La densidad de pelaje en animales como perros y gatos es mucho mayor que en humanos. Por ejemplo, los gatos pueden tener más de 8.000 folículos pilosos por cm², frente a unos 300 en humanos.

Esta diferencia hace que el pelo no siempre actúe como barrera: al contrario, puede favorecer la absorción cutánea a través de los folículos pilosos (vía transfolicular). Esta ruta permite que los aceites esenciales penetren con mayor facilidad hasta la dermis.

En animales con pelaje más denso la vía transfolicular puede ser una ruta especialmente relevante para la absorción de aceites esenciales o preparados tópicos. Esto puede incrementar la eficacia terapéutica, pero también eleva el riesgo de toxicidad si no se ajustan adecuadamente la concentración y la formulación del preparado.

⚠️ Más pelo = más folículos activos = mayor riesgo si no se formula correctamente.

Diferente densidad de pelaje

Grosor de la piel

El grosor de la piel varía significativamente entre especies y tiene un impacto directo en la absorción percutánea de los aceites esenciales. Cuanto más delgada es la epidermis, menor es la barrera frente a la penetración de moléculas lipofílicas y volátiles.

En el perro la piel tiene un grosor total (epidermis + dermis) de entre 0,5 a 5 mm, dependiendo de la raza, la zona corporal y la edad. La epidermis por sí sola es más fina que en humanos, lo que la hace más vulnerable a irritaciones, pero también más permeable a sustancias aplicadas tópicamente.

En el gato la piel es aún más delgada, con grosores que oscilan entre 0,4 a 2 mm. Esto implica una mayor velocidad de absorción cutánea y un mayor riesgo si no se respetan las concentraciones seguras. Además, su menor cantidad de capas queratinizadas hace que se reduzca la capacidad de barrera.

En humanos la epidermis es más gruesa, especialmente en zonas como las palmas o las plantas (hasta 2 mm solo de estrato córneo). Esto ofrece una protección natural frente a agentes externos, y requiere formulaciones más concentradas para alcanzar capas profundas. En animales, ese mismo tipo de formulación podría resultar irritante o incluso tóxica.

Las diferencias interespecie hacen que una misma fórmula tópica pueda ser segura en humanos y demasiado potente en animales, especialmente en gatos.

También existen diferencias intraespecie: algunas razas, como el Shar Pei o el Bulldog, tienen piel más gruesa y arrugada, lo que también condiciona la absorción. Por eso, las formulaciones deben ajustarse no solo a la especie, sino también a la zona corporal y al tipo de piel del animal.

Comparativa de piel: a la izquierda, tejido canino con epidermis y dermis gruesas y alta densidad folicular; a la derecha, piel felina más delgada y compacta, con menos anexos cutáneos.

Zonas especiales

La absorción cutánea varía notablemente según la zona del cuerpo, debido a diferencias en grosor, vascularización, presencia de glándulas y exposición.

Cada zona del cuerpo tiene características particulares que condicionan la velocidad y profundidad de absorción, por lo que la localización también debe ser estratégica y personalizada en toda formulación tópica.

No es lo mismo buscar un efecto sistémico, como en un preparado relajante o inmunoestimulante, que una acción local, como la de un antifúngico tópico. En el primer caso, interesa que los compuestos atraviesen la piel y lleguen al torrente sanguíneo; en el segundo, lo que se busca es una acción localizada y superficial, directamente sobre la piel afectada.

  • Zonas finas y muy vascularizadas: áreas como la zona inguinal, la cara interna de las orejas (pabellón auricular) tienen una piel más delgada y una vascularización intensa, lo que facilita la absorción. Estas zonas son frecuentemente elegidas para la aplicación de preparados con finalidad sistémica por su alta permeabilidad, pero también requieren especial precaución en la concentración y tipo de compuesto utilizado, ya que el riesgo de absorción sistémica es mayor.
  • Almohadillas plantares son estructuras especializadas con una piel mucho más gruesa, diseñada para resistir fricción y presión. Aunque esta piel es más impermeable a nivel estructural, contiene glándulas sudoríparas ecrinas, que pueden modificar la biodisponibilidad local de las sustancias, sobre todo si se combinan con calor, humedad o ejercicio. Además, algunos animales tienden a lamer esta zona tras la aplicación, lo que transforma una vía tópica en oral, como ya vimos con el grooming.

Sistema olfativo

El olfato es el sentido dominante en muchas especies animales, especialmente en los perros. Su sistema olfativo no solo es más desarrollado anatómicamente, sino también mucho más eficiente a nivel funcional y emocional, lo que convierte a los olores en estímulos potentes y, a veces, abrumadores.

¿Qué lo hace tan sensible?

  • Los perros pueden tener entre 200 y 300 millones de células receptoras olfativas, frente a los 5 millones que tiene un humano promedio.
  • La superficie de mucosa olfativa en los humanos ocupa unos 10 cm², mientras que en perros puede superar los 100 cm².
  • Además, poseen un órgano vomeronasal (de Jacobson), implicado en la detección de feromonas y ciertos compuestos semioquímicos, aumentando aún más su capacidad de percepción química.

¿Qué implica esto en aromaterapia?

Esta extraordinaria sensibilidad convierte al perro (y en menor medida, al gato) en un animal altamente reactivo a los olores intensos o persistentes. La exposición a aceites esenciales en concentraciones elevadas o mal ventiladas puede provocar:

  • Estrés olfativo: sobrecarga sensorial que incomoda o satura.
  • Conductas de evitación o rechazo: huir de la habitación, esconderse, lamerse, jadear….
  • Asociación negativa al entorno: evitar lugares donde se haya difundido un olor intenso.
  • Incluso, en algunos casos, puede desencadenar síntomas de malestar físico o agitación.

Por todo ello es recomendable:

  • Introducir los aceites esenciales de forma gradual, permitiendo que el animal se acerque o se aleje libremente.
  • Usar concentraciones bajas en difusión atmosférica.
  • Observar el lenguaje corporal del animal: bostezos, sacudidas, jadeo, huidas o evitación indican que el estímulo aromático es excesivo o desagradable.
Poels, L. G., & Jap, P. H. K. (2006). Olfactory mucosa in the nose (dog). UMC St Radboud Nijmegen. Imagen histológica del epitelio olfativo canino con células sustentaculares, receptoras y basales, y glándulas de Bowman

Velocidad de metabolización hepática y renal

La capacidad de los animales para metabolizar y eliminar sustancias varía significativamente entre especies. En general, esta velocidad depende del funcionamiento del hígado y los riñones, principales órganos encargados de transformar y excretar compuestos.

Algunas especies, como el gato, presentan una metabolización más lenta, lo que implica una mayor persistencia del fármaco o de las moléculas aromáticas, en este caso, en el organismo y un mayor riesgo de toxicidad.

Esta lentitud puede estar relacionada con características específicas del metabolismo, como veremos en el siguiente punto, en el que se abordan los déficits enzimáticos concretos que afectan a ciertas especies.

Déficit enzimático

Los gatos tienen una deficiencia en la enzima glucuronosiltransferasa, clave en el metabolismo hepático. Esta enzima permite transformar compuestos lipofílicos en formas solubles que puedan eliminarse por la orina o la bilis.

Al no contar con suficiente actividad de esta vía, no pueden metabolizar correctamente moléculas como fenoles, aldehídos aromáticos y salicilatos, prmaneciendo más tiempo en el organismo. Estos compuestos están presentes en aceites esenciales como orégano, eucalipto, canelas, clavo o gaulteria, entre otros.

Aunque puedan ser seguros en otras especies o en humanos, en gatos se acumulan en el organismo, aumentando el riesgo de toxicidad, incluso con dosis pequeñas o tras exposiciones repetidas.

Por lo tanto, conocer estos déficits enzimáticos es esencial para adaptar la posología y las vías de administración en cada especie.

Xenobióticos: Sustancias externas (ej. moléculas aromáticas).
Fase I: Modificación por citocromos P450.
Fase II: Conjugación por glucuronosil transferasas.
Excreción: Orina, bilis o pulmón.

Riesgo de acumulación

Cuando un compuesto no se metaboliza ni elimina con la suficiente rapidez, puede permanecer más tiempo en el organismo y acumularse progresivamente en determinados tejidos u órganos, como el hígado, el sistema nervioso central o el tejido adiposo.

Esta acumulación aumenta el riesgo de toxicidad, especialmente en tratamientos prolongados o en animales con metabolismo lento o con déficits enzimáticos. Por eso, es fundamental ajustar la dosis, la frecuencia de administración y vigilar los signos de toxicidad, especialmente en especies sensibles como el gato o animales geriátricos.

Feline drug metabolism and disposition: pharmacokinetic evidence for species differences and molecular mechanisms

Rechazo a olores intensos o nuevos

Los animales tienen un sentido del olfato mucho más desarrollado que el de los humanos, especialmente perros y gatos, y su percepción de los olores es mucho más aguda y significativa a nivel emocional y conductual.

Este sistema olfativo no solo les sirve para orientarse o reconocer a otros individuos, sino que también juega un papel crucial en su supervivencia.

Desde un punto de vista etológico, los animales tienden a rechazar estímulos nuevos o intensos, especialmente si no han sido asociados previamente a algo positivo o seguro. Este fenómeno se conoce como neofobia olfativa, y tiene una función adaptativa clara: evitar la exposición a sustancias potencialmente peligrosas o tóxicas. En estado salvaje, un olor intenso o desconocido puede ser señal de veneno, depredador, herida, territorio ajeno o amenaza.

Por esta razón, es frecuente observar que:

  • Los gatos rehúyen olores cítricos, alcanforados o intensamente especiados.
  • Los perros pueden evitar entrar en una habitación donde se haya difundido un aceite esencial en concentración elevada.
  • Animales con experiencias negativas anteriores pueden desarrollar aversión persistente a ciertos aromas o lugares donde fueron expuestos.

Este rechazo también se intensifica en situaciones de estrés, miedo o enfermedad, cuando el sistema nervioso está más reactivo y la tolerancia sensorial disminuye.

Luego, la introducción de aceites esenciales debe hacerse siempre de forma progresiva, respetando la voluntad del animal. Nunca se debe forzar la inhalación ni aplicar sin observar su reacción. Un animal que se aleja, gira la cabeza o se muestra incómodo está comunicando que ese olor le resulta excesivo o amenazante.

Grooming o acicalamiento

El comportamiento de acicalamiento (grooming) es natural en muchas especies, especialmente en gatos, pero también en perros, conejos y otros animales.

Consiste en lamer, frotar o limpiar su cuerpo como parte de su higiene, regulación emocional o vínculo social.

Cuando aplicamos un preparado tópico, este comportamiento puede transformar involuntariamente una vía cutánea en una vía oral, ya que el animal puede lamer la zona tratada poco después de la aplicación.

Esto supone un riesgo si el producto contiene aceites esenciales o sustancias que no están formuladas para ser ingeridas, o si la especie en cuestión no metaboliza bien determinados compuestos (como en el caso de los gatos con los fenoles).

También puede reducir la eficacia del tratamiento tópico al eliminar parte del producto antes de que haya actuado.

Grey domestic cat grooming its paw by a window, showcasing fur and whiskers.

Estrés o agresividad

Durante la aplicación tópica u oral de aceites esenciales o preparados, algunos animales pueden mostrar signos de incomodidad, estrés o rechazo, lo que se manifiesta en conductas como huida, gruñidos, mordiscos o arañazos.

Estas reacciones pueden deberse al olor intenso, a experiencias previas negativas o a la manipulación en zonas sensibles, dificultando la correcta administración del tratamiento y generando un impacto emocional tanto en el animal como en la persona cuidadora.

A close-up view of an aggressive tabby cat hissing on a concrete surface outdoors.

Cada especie tiene una respuesta diferente frente a los aceites esenciales:

EspeciePiel más finaGroomingAlta sensibilidad a COV tóxicos
Gato✅ (fenoles, salicilatos)
Perro🔁Moderada
CaballoMenor riesgo
ConejoMuy sensible

⚠️ Conclusión

No es seguro extrapolar dosis ni vías de uso desde humanos a animales.
La aromaterapia veterinaria exige conocimiento profundo de las diferencias interespecie para garantizar un uso seguro y eficaz.

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Autora: Susana Blanco

4 comentarios en “¿Se puede administrar igual un aceite esencial a un humano que a un animal (no humano)?🐾👣”

    1. Ohh, muchas gracias!! me alegra mucho que te haya gustado, de vez en cuando va bien que te reconozcan el trabajo! Un abrazo enorme!!!

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